Reflexiones sobre el ciclo de cine y adopción.

por | 19 septiembre, 2018
Afrontando ya la recta final de esta edición de «Encuentros sobre Cine y Adopción» de Afamundi, os dejamos unas reflexiones sobre lo aprendido. Y para todos los que no habéis podido venir a las dos primeras películas: no os perdáis la última, «Color de piel: miel» el próximo 28 de septiembre (viernes).
El ciclo de cine nació para ayudar a las familias a hablar sobre adopción, para poner palabras e historias donde a menudo hay silencio. Nació para explicar a los adultos lo que sienten los niños, y explicarles a los niños sus propios sentimientos. Todos los profesionales que vienen a presentar las películas lo hacen por amistad, de forma altruista. Las películas seleccionadas son excelentes, las elegimos no sólo porque hablan sobre adopción: muchas son auténticas obras maestras.
Carlos Fonfría nos aconsejó retrasar la búsqueda de orígenes hasta que la persona adoptada tenga una cierta madurez y estabilidad vital. Y también destacó en «Lion» la enorme importancia del diálogo y la sinceridad en la familia adoptiva. Para mí la película tiene muchas lecturas, por ejemplo, muestra que los orfanatos no son el internado idealizado de los cuentos infantiles, muestra el «antes» y el «después», quizá los padres adoptivos son demasiado buenos para ser verdad.
Yolanda Gourgel, nos aconsejó comunicar con los niños a través de los sentimientos y no racionalizar tanto nuestros diálogos con ellos: igual que Kala expresa jugando con Tarzán lo mucho que le quiere y lo poco que le importan las diferencias, que el corazón, la vida, es lo que les une por encima del aspecto físico. Varias veces en la película vemos un amor paterno incondicional, el padre de Jane, la gorila Kala. Que no asociemos el amor a «lo bien que te portas».
Llevamos haciendo el ciclo de cine desde el año 2012. Este es la séptima edición, y personalmente me planteo la necesidad de cambiar las fechas o replantear el programa. La asistencia este año está siendo realmente muy escasa. ¿Por qué?, algunos lo explican por el clima excelente del mes de septiembre, una media de 25 grados que invita a ir a la playa. Somos 70 familias asociadas, y nuestros hijos tienen distintas edades: unos son muy pequeños y están en edad escolar, otros son adolescentes, otros ya jóvenes. La vida cotidiana absorbe nuestro tiempo con sus demandas inmediatas, y el poco tiempo libre que nos queda lo reservamos, con toda justicia, para el descanso. Pero no hay que olvidar que nuestros hijos tienen muchas necesidades, muchas, y nosotros, su familia, somos su soporte. Espero que Afamundi pueda prestaros un pequeño apoyo para atenderlas; por eso queremos escuchar vuestra voz. ¿Quizá basta un simple cambio en el calendario? Estamos abiertos a vuestras sugerencias.

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